domingo, 19 de septiembre de 2010
CRITICA DE LIBROS: El subrayado perfecto de Pablo Gianera.
Crítica de libros / Literatura argentina
El subrayado perfecto
En Borges, libros y lecturas, dos investigadores de la Biblioteca Nacional recuperaron los subrayados, anotaciones y citas en más de quinientos volúmenes consultados por Jorge Luis Borges. El hallazgo revela fuentes pocos conocidas de sus ficciones y arroja una luz nueva sobre su obra
Sábado 18 de setiembre de 2010
Por Pablo Gianera
De la Redacción de LA NACION
Borges, libros y lecturas
Por Laura Rosato y Germán Álvarez (comps.)
Biblioteca Nacional
416 páginas
$ 65
Más que en lo leído, el lector se revela en los usos caprichosos o instrumentales que hace de los libros. Nada lo delata mejor que los subrayados, las marcas, las citas que entresaca. Tal vez por eso el lector compulsivo que subraya y copia frases para sí mismo en las portadas, guardas y portadillas prefiere que nadie más vea esos rastros. Si se presta el libro, el pudor obliga a borrar las huellas de la lectura para no quedar intelectualmente desnudo delante de terceros. ¿Quién querría alentar especulaciones sobre las causas que llevaron a insistir en esa determinada frase o en ese determinado verso? ¿Cuántos tolerarían mostrar todas las cartas de su erudición? El subrayado y la cita no son solamente estrategias de lectura; son también una variedad mínima, y muy privada, de la autobiografía. De ahí, también, que cuando se compran libros usados puedan inferirse las curiosidades y aun el carácter de los propietarios anteriores simplemente por las marcas que dejaron.
Si se quisiera hacer una paráfrasis de la famosa frase de Osvaldo Lamborghini en su relato "La causa justa", habría que decir que Jorge Luis Borges no leía completo casi ningún libro pero que sus subrayados eran perfectos. Aunque la verdad es que eran subrayados metafóricos; en realidad, antes que trazar una raya más o menos sinuosa debajo de la línea, transcribía, con una letra minúscula que fue mutando de la cursiva a una envarada imprenta, frases, citas, versos en portadas y márgenes que luego, invariablemente, reciclaba en sus propios libros.
Borges, libros y lectur a revisa sus anotaciones en alrededor de 500 volúmenes, adquiridos desde su primer viaje a Europa en la década de 1910 y usados mientras dirigió la Biblioteca Nacional, de 1955 a 1973. Algunos de esos volúmenes (la mitad del total) fueron donados a la Biblioteca con la firma protocolar de un escribano (un expediente necesario porque habían hecho correr la infamia de que robaba libros) pero otros quedaron sencillamente allí, olvidados. Laura Rosato y Germán Álvarez, empleados del Tesoro y del Archivo Institucional de la Biblioteca, trabajaron con ese material, se hundieron en él, en una tarea a la vez monumental y obsesivamente detallista: no sólo buscaron y encontraron los libros usados por Borges con sus anotaciones; también completaron las citas que estaban apenas apuntadas, restituyeron sus contextos y cruzaron esas referencias con sus ficciones, ensayos y conferencias, de modo que conocemos tanto el origen (un libro ajeno) como el final (los textos del propio Borges) de cada cita y de cada anotación al margen. Así se explican, por ejemplo, los numerosos volúmenes sobre el budismo, imprescindibles para el ensayo ¿Qué es el budismo? que preparó en colaboración con Alicia Jurado. (Incidentalmente, es probable que el apellido del protagonista del cuento "El Sur" proceda del estudioso del budismo Joseph Dahlmann.)
La edición de Rosato y Álvarez publicada por la Biblioteca Nacional despliega a Borges como lector en cuatro niveles: el título leído, o a veces simplemente hojeado en busca del azar de la cita; las citas propiamente dichas que Borges destacó; las dataciones sucesivas, en el momento de la adquisición y a veces en cada relectura, como si el ejemplar volviera a hacerse propio cuando se lo abre de nuevo; por último, la cedulilla o estampilla de la librería en la que se consiguió el ejemplar. Esta información comercial resulta más bien nostálgica ahora, cuando ya casi no quedan en Buenos Aires librerías inglesas ni alemanas. Mitchell´s, Mackern´s, Pigmalión, Beutelspacher son los nombres de los negocios en los que Borges compraba los libros en sus dos idiomas predilectos.
Prácticamente todo lo registrado en Borges, libros y lectura está en alemán (llega a firmar un ejemplar de E. T. A. Hoffmann como "Georg Ludwig Borges") y en inglés. Predomina el ensayo y la poesía, y la compulsión por la cita se crispa en la Divina Comedia de Dante Alighieri (sin duda el volumen más anotado) y en los escritos del filósofo Arthur Schopenhauer. Después de todo, también allí aparece lo autobiográfico: acaso no haya habido dos hombres a los que Borges les haya dedicado tanta atención como a ellos. Pero hay algunas sorpresas, como el examen detenido -mucho más detenido de lo que se creía- de los ensayos y poemas de T. S. Eliot, el estudio de Carl Jung, e incluso la imprevista consulta de An I ntroduction to Wittgenstein´s Tractatus de G. E. M. Anscombe.
Que Borges era un lector "salteado", aunque de un tipo diferente al que pretendía Macedonio Fernández para sus novelas, queda claro en el orden (en el desorden) de las remisiones a páginas: no leía de punta a punta; buscaba un poco al azar, guiado por ese instinto de todo lector hábil que permite encontrar siempre aquello que necesita para lo que escribe. Además de un lector hedónico, como solía definirse, Borges era un lector interesado. Leía para escribir, y se diría que, inversamente, el acto de escribir era otra excusa para leer. No es casual que señalara los pasajes, a estas alturas muy manoseados, del inglés John Ruskin sobre la lectura como "nutrición" o "alimento" del espíritu y de la inteligencia consignados en Fors Clavigera . Pero de Ruskin y de su Sesame and Lilies llegaría otra idea muy pertinente para la estrategia de lectura borgeana: "Uno podría leer (si viviera lo suficiente) todos los libros del British Museum y seguir siendo una persona francamente ´iletrada´ y sin educación; pero si uno leyera diez páginas de un libro bueno, letra por letra -es decir, con verdadera precisión- sería una persona educada. La única diferencia entre una persona educada y otra que no lo es se corresponde con esa precisión". Nada más educativo que las enciclopedias, la auténtica formación de Borges, que trasladó luego ese protocolo de lectura fragmentario y agudamente preciso a todos los libros. Así, por ejemplo, el verso de Goethe más citado por Borges ("Cayó de arriba el crepúsculo/ todo lo cercano se aleja", del poema "Dämmrung") no procede aparentemente de la fuente directa (los libros del propio Goethe) sino de una biografía del poeta alemán de Houston Stewart Chamberlain, en una edición de 1919, comprada seguramente en Ginebra durante su adolescencia. En cambio, parece haberle prestado bastante atención a West-östlicher Divan .
Sin duda, Borges profesaba devoción por los libros, pero estaba libre del fetichismo del bibliófilo por las primeras ediciones o las ediciones limitadas. En ciertos casos (las literaturas que menos le importaban) tampoco se sentía impelido a leer algunos libros en el idioma original, aun cuando conociera esa lengua. Es lo que pasa con Rabelais, cuyos Gargantúa y Pantagruel parece haber leído según la edición inglesa en dos volúmenes publicada por Oxford University Press, donde encontró la cita por la cual podría especular, en un artículo incluido ahora en Otras inquisiciones , que Pascal tomó de allí su idea de Dios como una esfera cuyo centro está en todas partes y su circunferencia, en ninguna.
Como antes los Textos cautivos (recopilación de sus reseñas de libros extranjeros en la revista El Hogar ), este volumen proyecta una nueva luz crítica y habilita que se piense a Borges de otra manera, ya no como el erudito que simula con codicia haber leído todo sino como el cazador del disparo infalible. Concebido así, Borges, libros y lecturas es una antología colosal de versos y citas elegidas por Borges. Entre ellas, una idea brevísima de James Boswell tomada de su London Journal : "No vivir más de lo que se pueda recordar". Al elevar a método el principio de la antología, Borges quizá creyera que tampoco convenía vivir más de lo que se podía leer.
FUENTE: ADN Cultural.
miércoles, 15 de septiembre de 2010
El luthier firmatense Miguel Lang presentó su libro "Hacedor de guitarras"
Miguel Lang no sabe tocar la guitarra pero sabe hacerlas. Parirlas. Él no se pregunta por qué. Pero tal vez, sea porque al darles vida, les da libertad. Y esa libertad es completa cuando sus creaciones, al igual que la música que de ellas emerge, se vuelven paloma.
El viernes, rodeado de seres queridos, presentó su libro: “Hacedor de Guitarras”. En la publicación comparte su saber más preciado: cómo se construye una guitarra. También aparecen allí homenajes literarios que amigos poetas hicieron a su labor de procreador de sonidos.
El acontecimiento tuvo lugar en el hall municipal y reunió a una importante cantidad de personas que se acercaron al lugar para compartir este momento tan significativo con el luthier firmatense.
Entre los presentes estuvieron reconocidos comunicadores, ligados a la difusión de la cultura popular, como son: Noelia Chialvo, Oscar Cesini y Sebastián Ayala.
Alejandro Gulisano fue el responsable de despertar los sonidos de la guitarra y llenar la atmosfera de música sin fronteras. En ese ambiente, bailaron para los asistentes Ana y Fernando Vera. La ceremonia contó con la conducción de Eduardo Bigotti.
El libro “Hacedor de guitarras” fue escrito por la docente Claudia Mattioni y corregido por la profesora Teresa Garrofé.
FUENTE: Mariano Carreras.
martes, 14 de septiembre de 2010
La Fundación Benedetti publica un poemario inédito del escritor
La Fundación Benedetti ha preparado para hoy, 14 de septiembre, cuando Mario Benedetti hubiera cumplido 90 años, una serie de actividades de homenaje, entre ellas la publicación de un poemario con textos inéditos, escritos por el autor uruguayo durante los dos últimos años de su vida.
Así lo adelantó ayer la presidenta de la fundación, Sylvia Lago, que indicó que «Biografía para encontrarme», como se titula este volumen, reúne 62 poemas inéditos del escritor, fallecido el 17 de mayo de 2009 a los 88 años, y lo presentará hoy la fundación que lleva su nombre, en un acto organizado para «celebrar con su poesía el día que habría cumplido los 90 años».
En dicha ceremonia también se presentará "A imagen y semejanza', una antología póstuma de Benedetti que incluye 80 cuentos sobre diversos temas.
Además, se abrirá el primer Premio Internacional de Ensayo Mario Benedetti, un concurso por el que se entregarán 10.000 dólares al autor del texto que mejor analice algún aspecto de la obra del uruguayo.
También se anunciará un próximo certamen de poesía anual promovido por la fundación que se creó a la muerte del poeta uruguayo.
La Fundación Benedetti, que para el aniversario de la muerte del escritor prefirió mantener el luto y no realizar ninguna actividad, preparó para la fecha de su cumpleaños "un encuentro entre amigos para recordarlo y brindar por él", agregó la escritora.
"Leeremos sus poemas, hablaremos de él y le recordaremos con alegría", aseguró Lago, que asistirá al acto junto a otros miembros de la institución, como el cantautor Daniel Viglietti y Ariel Silva, secretario personal de Benedetti hasta su muerte.
FUENTE: El MUndo.es
domingo, 12 de septiembre de 2010
Tensiones culturales por Soledad Quereilhac
Zonas ciegas , de Graciela Montaldo, indaga diferentes momentos de la cultura argentina y renueva preguntas que vienen repitiéndose en la crítica. Tomando ciertas propuestas de Ernesto Laclau, la autora no aborda el análisis desde la noción de vanguardia en el arte, ni desde la de "autonomía", sino que elige analizar diferentes tipos de intervenciones culturales (textos, películas, discursos en general) que se han desarrollado en lo que denomina la "escena populista". Una "escena" atravesada por una lógica que se "sostiene en la lucha permanente por definir identidades políticas (fundamentalmente la del pueblo) y por la confrontación de demandas particulares que terminan por involucrar a lo social en su conjunto." En ese contexto, que va cobrando diferentes formas a lo largo del siglo XX, la autora identifica el surgimiento de "experimentos culturales", formas en que el arte y los discursos sociales incorporan parte de los conflictos del populismo y ofrecen respuestas innovadoras.
Llama "zonas ciegas" a esos experimentos porque les atribuye escasa visibilidad en su época, y porque, en algunos casos, las líneas de lectura que más fuertemente se instalaron sobre los diferentes períodos históricos no permitieron apreciar esas innovaciones. En el primer ensayo, vuelve sobre los textos de Ramos Mejía, Agustín Álvarez, Juan Agustín García y José Ingenieros para rastrear en ellos, no ya exclusivamente la cuestión de la nación, sino las marcas que informan sobre una paulatina percepción de las masas independizadas de las instituciones y de la ciudadanía.
En el segundo ensayo, sobre el período 1910-1930, se concentra en las tensiones que el populismo genera entre los intelectuales, al preponderar en la Argentina populismos de Estado que tendieron a prescindir de aquéllos para la construcción de sus identidades culturales; en ese desacomodo detecta tanto la "reacción ´reaccionaria´ de muchos intelectuales ante los populismos" como el rótulo de "traidores" a la institución cultural que han recibido los adherentes. En dirección opuesta a estas dicotomías, en una "zona ciega" de los años del primer gobierno de Yrigoyen, Montaldo descubre una singular película de animación, El apóstol , en la cual habitan rasgos de una vanguardia argentina y una inusual forma de incorporar paródicamente los conflictos. Buscando similares "zonas ciegas", en "Los misterios del anonimato" lee algunos textos de Jorge Luis Borges a la luz de sus vínculos y rupturas con el populismo, en el arco que va de Yrigoyen a Perón. Completan el volumen, entre otros, un ensayo sobre César Aira y una reciente conferencia sobre estética y política en la Argentina. Lejos de la crispación que el término despierta en quienes lo usan como adjetivo peyorativo, Montaldo piensa la "escena populista" como generadora de discursos que no cuadran dentro de blancos y negros. Si bien es cierto que algunas cuestiones quedan, acaso, demasiado abiertas ("la Argentina es un país ´político´"), el libro ofrece un recorrido sólido y original sobre su objeto.
© LA NACION
Zonas ciegas
Por Graciela Montaldo
FCE
185 páginas
$ 44
Llama "zonas ciegas" a esos experimentos porque les atribuye escasa visibilidad en su época, y porque, en algunos casos, las líneas de lectura que más fuertemente se instalaron sobre los diferentes períodos históricos no permitieron apreciar esas innovaciones. En el primer ensayo, vuelve sobre los textos de Ramos Mejía, Agustín Álvarez, Juan Agustín García y José Ingenieros para rastrear en ellos, no ya exclusivamente la cuestión de la nación, sino las marcas que informan sobre una paulatina percepción de las masas independizadas de las instituciones y de la ciudadanía.
En el segundo ensayo, sobre el período 1910-1930, se concentra en las tensiones que el populismo genera entre los intelectuales, al preponderar en la Argentina populismos de Estado que tendieron a prescindir de aquéllos para la construcción de sus identidades culturales; en ese desacomodo detecta tanto la "reacción ´reaccionaria´ de muchos intelectuales ante los populismos" como el rótulo de "traidores" a la institución cultural que han recibido los adherentes. En dirección opuesta a estas dicotomías, en una "zona ciega" de los años del primer gobierno de Yrigoyen, Montaldo descubre una singular película de animación, El apóstol , en la cual habitan rasgos de una vanguardia argentina y una inusual forma de incorporar paródicamente los conflictos. Buscando similares "zonas ciegas", en "Los misterios del anonimato" lee algunos textos de Jorge Luis Borges a la luz de sus vínculos y rupturas con el populismo, en el arco que va de Yrigoyen a Perón. Completan el volumen, entre otros, un ensayo sobre César Aira y una reciente conferencia sobre estética y política en la Argentina. Lejos de la crispación que el término despierta en quienes lo usan como adjetivo peyorativo, Montaldo piensa la "escena populista" como generadora de discursos que no cuadran dentro de blancos y negros. Si bien es cierto que algunas cuestiones quedan, acaso, demasiado abiertas ("la Argentina es un país ´político´"), el libro ofrece un recorrido sólido y original sobre su objeto.
© LA NACION
Zonas ciegas
Por Graciela Montaldo
FCE
185 páginas
$ 44
El “libro electrónico”, aceptado por la Real Academia
La nueva incorporación figurará bajo la palabra “libro”, como una más de las formas complejas asociadas a esta entrada en el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE).
El término “libro electrónico” tendrá dos acepciones: dispositivo electrónico que permite almacenar, reproducir y leer libros; y libro en formato adecuado para leerse en ese dispositivo, según ha informado la RAE en una nota de prensa.
En la próxima actualización del DRAE en internet, prevista para este verano, ya se incluirá esta novedad, que figurará también en la siguiente versión impresa del Diccionario, la vigésimo tercera, que aparecerá en 2013.
En el Diccionario Panhispánico de Dudas (2005), que no tiene carácter normativo como el DRAE, ya existe una referencia a este nuevo vocablo en la entrada correspondiente al adjetivo electrónico.
La admisión del término “libro electrónico” en el DRAE se ha realizado a propuesta del pleno de la Real Academia Española y tras un breve periodo de consulta y debate en el seno de las otras 21 Academias de la Lengua Española.
Fuente: EFE
El término “libro electrónico” tendrá dos acepciones: dispositivo electrónico que permite almacenar, reproducir y leer libros; y libro en formato adecuado para leerse en ese dispositivo, según ha informado la RAE en una nota de prensa.
En la próxima actualización del DRAE en internet, prevista para este verano, ya se incluirá esta novedad, que figurará también en la siguiente versión impresa del Diccionario, la vigésimo tercera, que aparecerá en 2013.
En el Diccionario Panhispánico de Dudas (2005), que no tiene carácter normativo como el DRAE, ya existe una referencia a este nuevo vocablo en la entrada correspondiente al adjetivo electrónico.
La admisión del término “libro electrónico” en el DRAE se ha realizado a propuesta del pleno de la Real Academia Española y tras un breve periodo de consulta y debate en el seno de las otras 21 Academias de la Lengua Española.
Fuente: EFE
viernes, 10 de septiembre de 2010
PRESENTACION DE LIBROS: "Hacedor de guitarras", de Miguel Lang
El luthier firmatense Miguel Lang presenta su primer libro, titulado "Hacedor de Guitarras". La presentación tendrá lugar el día viernes 10 de septiembre en el Hall Central de la Municipalidad de FIrmat a las 19.30 horas.
viernes, 3 de septiembre de 2010
Liliana Bodoc en Firmat: "Todos leeemos un poco menos que antes"
La reconocida autora de obras infanto juveniles participó de un café literario con niños y adolescentes de los niveles primario y secundario del Instituto “Virgen de la Merced”
Invitada por la editorial SM, el jueves por la mañana, la reconocida escritora Liliana Bodoc estuvo en la ciudad de Firmat participando de una actividad con alumnos del Instituto “Virgen de la Merced”
La autora de obras de literatura infantil y juvenil, entre las que se destacan la trilogía “La saga de los confines” y “El Espejo Africano”, entre otras, compartió su experiencia literaria con directivos, docentes y niños y adolescentes de los ciclos primario y secundario.
Al terminar la actividad, El Correo de Firmat dialogó con Bodoc para conocer qué sensaciones vivió en el contacto mano a mano con los alumnos.
“Me encontré sinceramente con maravillas desde el lugar de la reflexión que los chicos han hecho sobre las lecturas, la capacidad de análisis , de critica, de las cosas que de alguna manera me cuestionaron y propusieron como problemas o cosas que les habían quedado inconclusas y me parece que eso es extraordinario” contó y agregó: “uno como escritor tiene que alegrar no sólo de los elogios sino también de las réplicas , de las dudas y en este sentido me voy más que contenta”.
Consultada sobre cómo percibe la relación de los jóvenes con la literatura, Bodoc opinó: “me parece que uno suele achacarle a los chicos un problema que empieza en los adultos. Nos la pasamos lamentándonos de que los chicos leen poco y la verdad es que todos leemos un poco menos que antes. Me parece que los chicos lo único que hacen es acusar recibo de alguna manera de lo que también hacemos los adultos porque en verdad nos damos cada vez menos tiempo para la lectura, la reflexión, la amistad”.
En este sentido, la escritora llamó a rescatar el hábito de los relatos orales. “La lectura o el relato en voz alta tiene un poder muy particular, muy especial y que suele despertar el interés para que después esos niños sigan leyendo solitos” manifestó y aconsejó sobre los libros que cree no deben faltar en ninguna biblioteca infantil.
“No pueden faltar los cuentos de hadas clásicos. No pueden faltar Perrault, los hermanos Grimm, Andersen. Si sigo, no puede faltar “Alicia en el país de las maravillas”, "Colmillo blanco", de Jack London aunque algunos chicos les resulte un poco denso, y por supuesto, que no pueden faltar escritores argentinos maravillosos como Sergio Aguirre, Norma Huidobro, Sandra Comino y María Elena Walsh, maestra de maestras” recomendó.
Natalia Amaya
Suscribirse a:
Entradas (Atom)