Berlín. - El escritor chileno Antonio Skármeta pidió hoy al mundo que después del feliz rescate de los mineros despliegue la misma solidaridad y la misma ética para ayudar a gente necesitada en otras partes del mundo.
“Metafóricamente quiero decirle que hay mucha gente que en distintas partes del mundo está enterrada y no la vemos. Y a esta gente la podríamos ayudar si tuviéramos una ética humana, como esta ética que ha desplegado el mundo en torno a estos pocos mineros chilenos”, dijo Skármeta en entrevista con la agencia dpa en Berlín.
“Esta es la primera lección, que la voluntad está viva en el mundo, que la solidaridad está viva y mi ruego es que no necesite de episodios tan dramáticos para mostrarse”, añadió el autor que se encuentra en la capital alemana con motivo del 80 aniversario del Instituto Iberoamericano de Berlín.
Por otra parte, destacó el valor humano de los mineros que aguantaron 69 días bajo tierra. “Los trabajadores chilenos que suelen trabajar en condiciones muy precarias, de seguridad y de salario, tienen un enorme valor humano que es lo que les ha salvado la vida. Se han mantenido unidos y no han claudicado”, dijo.
Afirmó que Chile por sus estructuras geográficas y por su situación tan aislada del resto del mundo es un país “acostumbrado al castigo”. Puso a los mineros como ejemplo de cómo enfrentar una fatalidad.
“Así como estos supieron sobrevivir, el pueblo chileno también supo pacífica, ordenadamente y alegremente salir de una dictadura atroz como la de (Augusto) Pinochet”, dijo el autor que durante la dictadura militar en su país vivió como exiliado en la entonces Berlín Occidental.
Por otra parte, Skármeta defendió la actuación del presidente Sebastián Piñera -“pese a que no es el presidente de mi lado”- y rechazó que éste se haya presentado en el lugar del desastre por simples efectos políticos.
“Quiero decirle a la opinión pública que cualquiera que hubiera sido el presidente habría estado allí, porque un presidente democráticamente electo recoge el sentimiento y la emoción de todo el pueblo, de toda la gente y su presencia allí es compulsiva, necesaria, aunque tenga un efecto un poco histriónico, es inevitable”, dijo Skármeta, pidiendo a los críticos “que tranquilicen sus críticas”.
FUENTE:(DPA)
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